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El imán constructivo y positivo crea naturalmente ciertas obligaciones y limitaciones. En la sociedad humana cada ideología tiene sus propias normas, a las que adhieren quienes creen en ellas. Incluso los nihilistas que no aceptan ningún sistema, tienen que observar ciertas reglas y normas. El grupo que se forma en una sociedad para oponerse a las formas convencionales de vida, no permite que una persona se conforme a las reglas establecidas porque consideran que eso va contra su sistema. Si un sistema de “ningún sistema” (como el nihilismo) crea ciertos deberes, ¿cómo se puede esperar que una ideología constructiva no fuese a abarcar obligaciones morales y legales?.
La parte de pensamiento liberal de nuestra sociedad debería saber que escaparse de las responsabilidades no está en armonía con el realismo o con el verdadero espíritu liberal.
El imán de la infancia, a pesar de su pureza y serenidad, es incompleto porque no se origina a partir de la conciencia acompañada por el análisis. Principalmente es una respuesta involuntaria al entorno o medio ambiente y un tipo de eco del mismo. Por eso no puede mantener su firmeza frente a las dudas de la adolescencia, y como dijimos antes perturbado con el comienzo de la pubertad.
La realidad es que durante el período de la infancia no se puede esperar más que ese imán simple y superficial. Pero durante la adolescencia y el período siguiente, se puede obtener un imán conciente, como resultado del cálculo, el estudio y el análisis profundo. El grado de éxito en la obtención de imán conciente varía de un individuo a otro. En el caso de mucha gente la duda de la adolescencia es muy simple y de efecto limitado. Afecta poco a la mayoría de las cosas en las que creían en su infancia.
El imán de esa gente en su edad madura es más o menos una continuación de aquel que tuvieron durante su infancia. Solamente se intensifica con el paso del tiempo. De cualquier manera, no se lo puede llamar un imán conciente. Tales personas son comunes incluso entre las clases altas más educadas. Muchos eminentes estudiosos, aunque sobresalientes en su propio campo, han seguido, sin ningún examen crítico que valga la pena, la misma doctrina o la misma política social o actitudes que le fueron inculcadas por su entorno o medio ambiente. El Islam no aprueba esta actitud. La más elevada fuente del Islam, es decir el Corán, nos exhorta repetidamente a la discusión y al análisis lógico, desaprobando el seguir ciegamente un sistema o una doctrina.
Dice:
“Dicen: ‘Encontramos a nuestros padres en una religión (o en práctica de un culto) y, siguiendo sus huellas, estamos bien dirigidos,’ Y asimismo no enviamos advertidor antes de ti (Muhammad) a una ciudad sin que dijeran los ricos de ella: ‘Encontramos a nuestros padres en una religión e imitamos su ejemplo’.” (43:22-23)
También dice:
“Y cuando se les dice: ‘Venid (sumaos) a lo que Dios ha revelad (el Islam) y a Su Mensajero (Muhammad)’ dicen: ‘No es suficiente (nos basta) aquello (de culto y religión) en que encontramos a nuestros padres.’ “¿Y si fuera que sus padres nada sabían y no estaban bien guiados?” (5:104)
Sobre la cuestión de la adopción de una doctrina el Corán enfatiza que imán debería basarse en el conocimiento y el estudio satisfactorio. Si no se basa en el conocimiento, ello no tiene valor y deber continuarse la búsqueda de la verdad.
Después de aducir ciertos argumentos lógicos contra la idolatría, dice el Corán:
“La mayoría de ellos (los hombres) no siguen sino una opinión (o conjetura). Sin duda la opinión no vale de nada ante la Verdad. Y Dios está ciertamente bien enterado de lo que hacen.” (10:36)
Desde el punto de vista coránico, independientemente de las ideas que los padres impartieran a sus hijos, o de las adquiridas por estos de su entorno durante su infancia, el hombre tiene el deber de ejercitar sus facultades de aprendizaje y conocimiento, observar cuidadosamente el mundo que lo rodea y a él mismo y continuar una calma contemplación hasta que arribe a una conclusión definida que pueda formar la base de su creencia y de su comportamiento personal y social en la vida.
La adopción de tal meta y dirección en la vida tiene una relación directa con la propia perspectiva del mundo y el papel del hombre en él. Como esta perspectiva es la única sanción e infraestructura de cualquier ideología, se debería ser cuidadoso en su elección y deberíamos refrenarnos de ser superficiales o complacientes al respecto.