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Imán es el principal factor psicológico en la vida de un niño incluso en esta edad de tecnología avanzada y dominio del espacio. Imán es el eje alrededor del que gira principalmente la vida de un niño, estando en ello ligados a él: sus padres, hermanos, maestros, etc., en lo que hace a su imitación o el cumplimiento de sus instrucciones, como así también en sus propios esfuerzos y discernimiento en las cosas que hace por su propia cuenta.
Los niños confían en sus padres, hermanos y maestros. Tienen fe en la corrección de lo que sus mayores les enseñan, y en lo que hacen independientemente por cuenta propia.
Si haciendo una prueba, dicha confianza se aleja durante unos pocos días de los niños de una familia, incluso de un país muy avanzado tecnológica e industrialmente, se verá como los mismos son condenados en su destino. Ningún tipo de ayuda técnica o científica será capaz de devolverle el entusiasmo y autoconfianza a menos que la confianza o imán sean restaurados.
El crecimiento sólido y equilibrado de un niño y su felicidad futura depende en gran medida del imán de sus padres, maestros, y todos aquellos que son responsables de su crianza y educación. Solamente quienes tienen imán en sus tareas vitales pueden desempeñarse bien en este sentido. No hay duda de que una madre que cría y nutre a su hijo con un sentido de dedicación y responsabilidad, o un padre, o un maestro que cumple sus responsabilidades sinceramente, tienen un papel importante en lo que se refiere a asegurar la vida feliz de su protegido.
Una atmósfera familiar en la que falta dedicación o la mutua confianza de padres e hijos y el respeto recíproco de los derechos de cada uno, resulta de los factores más importantes para causar la desdicha de los niños. En tal atmósfera familiar oscura e insulsa, los chicos no encuentran paz espiritual y confianza. Gradualmente pierden la fe en todas las cosas, incluso en ellos mismos, y se privan de los factores más valiosos de la evolución y el progreso, es decir, imán en ellos mismos y en el medio ambiente de sus vidas.
En principio, el imán de un niño es en gran medida el reflejo del amor y confianza que le muestran sus padres a él y que existe entre ellos. Similarmente, el imán de un maestro tiene un efecto profundo y constructivo en sus alumnos, especialmente durante los primeros años de su educación.
Indudablemente, una parte de los mejores recuerdos de una persona se refieren a los días en que gozaba de la guía de un maestro sincero y dedicado en la escuela.